domingo, 22 de noviembre de 2009

Espiritu Parlante - El habla, las palabras



Sobre el acto de hablar, su esencia, las formas de hablar y como sabremos que lo hicimos correctamente. Una de las actividades más comunes, o la más común es el hablar. Deberíamos investigar, ¿por que a los humanos nos gusta hacerlo? ¿Por qué razón el judaísmo es tan exigente con respecto a las palabras que sacamos de nuestra boca?, por ejemplo cuando nos ordena cumplir sin “rebajas”, el imperativo: “No debe profanar su palabra sino deberá cumplir todo lo que haya dicho (Números-Bamidbar 30:3). Acaso no exageró el rey Salomón cuando dijo: “La muerte y la vida están en el poder de la lengua” (Proverbios-Mishle 18:21). Cuando la Torá describe la creación de Adam, el primer hombre, lo hace llamándolo “ser viviente”, y esto nos causa asombro, porque también a los animales la escritura los define como tal (Génesis-Bereshit 21:24). Entonces, ¿cuál es la diferencia entre el hombre y los otros seres vivientes? Onkelos, en su comentario, en idioma arameo, explica que “Ser viviente” se refiere a que el hombre es “un espíritu parlante”, pero también esta explicación, pide una aclaración, ya que también los animales “hablan”, cuando sacan voces y sonidos de su garganta, entonces, ¿cuál es la diferencia básica, entre estas clases de petróleo? Rashi, Rabí Shlomo Itzjaki nos ayuda a comprender el problema: “También bestias y animales herbívoros son denominados “Nefesh” (alma), pero la más viviente es del hombre, puesto que a ella se le añadió, el conocimiento y el habla” (Idem). El hombre poseedor de la sabiduría. El hombre deberá conectar, esta sabiduría abstracta con la realidad limitada de este mundo, con el conocimiento por medio del habla .Por eso el miembro central en el cuerpo del ser humano, que por su intermedio aparece el habla, es la lengua, que de un lado es un miembro interno, y por otro tiene la capacidad de salir fuera del espacio interior del cuerpo, al sacarlo de la boca, conectándose con el mundo concreto. El discurso, que no es resultado de la sabiduría, no es humano, sino un acto animal. De esto aprendemos una importante enseñanza:Cuando queremos hablar, debemos poner en claro, cual es la fuente de este hablar. Si este proviene de un mundo de sabiduría y pensamiento, y tiene una verdadera utilidad – lo pronunciaremos pero si esta conversación, es espontánea, que aparece como un torbellino, sin que la antecediera pensamiento alguno – mejor haremos en callarnos. Cierto que es difícil hacerlo día a día, hora tras hora, y durante toda la vida. Según esta explicación, podemos aclarar lo escrito en Tratado de Principios (Etica de nuestros Pdres- Pirke Avot Cáp. 1 Mishná 11): “Los sabios sean cuidadosos con vuestra palabra” ¿Acaso solo los sabios deben ser cuidadosos con sus palabras?, ¿y el resto de la gente?. Viene la Mishná a enseñarnos que el hablar tiene que ser consecuencia de la sabiduría, entonces será de utilidad, y si no, mejor será callar. Pero todavía tenemos que aclarar, como sabremos cuál es el habla que proviene de la sabiduría, y cuál es aquel del cual debemos cuidarnos y evitarlo. La respuesta la encontramos en Rabí Moshé ben Maimón (Rambam) en su comentario del Tratado de Avot citado con anterioridad, y estas son sus palabras: “Y yo, digo que el habla se divide, según nuestra Torá en cinco partes: El hablar que trata de una Mitzvá (precepto de buena acción). El hablar prohibido, el hablar repulsivo, el hablar amado y el hablar permitido” La primera parte; es el hablar de Mitzvá y es la lectura de la Torá, y su estudio, es un precepto positivo “Y hablarás en ellas, como todos los otros preceptos a los cuales estamos obligados a cumplir. La segunda; es la forma de hablar prohibida, a la cual nos previno la Torá, como el testimonio falso, el chisme, la delación y la maldición, malas palabras y “Lashon hará” (maledicencia). La tercera; es el hablar despectivo (repulsivo), sin fin positivo; como todas aquellas conversaciones vulgares, sobre cosas que sucedieron, o personas, la forma de conducirse de fulano de su espacio, o cual fue la causa de la muerte de mengano, o la riqueza de fulano, y estas son calificadas como conversaciones banales, y las personas de buen nivel, trataran de dejar a un lado estas habladurías, y está escrito que Rav, el alumno de Rabí Jiya, no mantuvo una conversación trivial en su vida”. Es importante acentuar que esta forma de hablar, es frecuente entre las personas. La mayoría de los medios de comunicación escrita y electrónica, se nutre de esta, fruto de la curiosidad, sin que aquellos tengan algún uso productivo. De estas debemos acostumbrarnos a cuidarnos mucho, porque es un hablar repulsivo. La cuarta, es una forma de hablar agradable, que trata sobre las buenas costumbres, cualidades intelectuales, y buena actitud, desaprobando las malas cualidades; hay quienes clasifican a esta forma de hablar, como el estudio de cualidades superiores y el alejamiento de las malas cualidades. La quinta, es la forma de hablar permitida, la cual utiliza la persona para el sustento: la comida, la bebida, su vestimenta y todo lo que necesitan y en esto no hay amor, ni desaprobación. Maimónides resume sus palabras diciendo que “Esta parte, la forma de hablar permitida, alabado será el hombre si la utiliza en pequeña medida, pero el hablar prohibido y el hablar despreciable, no se debe hacer, para que la persona se calle y no lo utilice de ninguna manera, pero el hablar sobre los preceptos, y lo que es querido y amado, podrá utilizarlo el hombre toda su vida, y esta sea la meta y la finalidad. Tenemos ante nosotros, un gran objetivo para alcanzar, que exprese toda nuestra personalidad y si no, hicimos profanar nuestra misión, y esencia fijada en la creación divina como ya definió el Rabino Kuk (ver Aya, Shabat 1, 198), “La fuerza de la palabra, es una gran fuerza espiritual”

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Hombre y Mujer


Hombre y mujer - iguales pero diferentes
Más de una vez nos preguntan: ¿Según la Torá son los hombres más importantes que las mujeres?
Entiendo a que viene la pregunta, vivimos dentro de una sociedad, que entre otros grandes movimientos trajo al mundo “el movimiento de la liberación de la mujer” ¡Bienvenido
Sus motivos eran justos, las mujeres eran explotadas, vergonzosamente en el entorno de la sociedad, que era gobernada solamente por hombres, como consecuencia las mujeres se sintieron oprimidas y humilladas, y lucharon por alcanzar la igualdad entre los sexos.
Pero dentro de la comunidad judía observante, no hubo necesidad alguna de reaccionar ante las demandas de las mujeres, porque las mujeres judías nunca estuvieron expuestas a explotación y oprobio.
La importancia en la sociedad judía nunca fue secundaria.
Leamos lo que nuestras fuentes dicen sobre la mujer:
El rey David denomina a la mujer “Akeret Habait" (Lo más importante del hogar) (Tehilim 113:9); El rey Salomón en Mishle (proverbios) afirma, La mujer de sembrada virtud, es la diadema de su marido (12:4), en boca de los sabios escuchamos: “Una mujer buena es un don para su esposo (Iebamot 63), y a quien se le canta el himno, “Eshet Jail” (mujer virtuosa), si no a la mujer)
Nuestros sabios nos hacen saber a voces, que: “Quién no tiene una mujer, no tiene bien, no tiene alegría, no tiene sostén, no tiene bendición, no tiene paz” (Iebamot 63), más sobre el tema encontramos en la vasta literatura jurisprudencia judía.
Habiendo dejado en claro el gran aprecio que el judaísmo tiene de la mujer judía tratemos de ahondar en la pregunta que abre nuestro escrito: ¿Son los hombres más importantes que las mujeres; o estas lo son en primer grado?
Con propiedad afirmamos que hay igualdad entre hombres y mujeres, la imagen de HaShem (Tzelem – Elokim) que fue dada a “Adam” (el primer hombre) abarca a hombres y mujeres por igual. La Torá pertenece a todo Israel, hombres y mujeres, y cuando recitamos la bendición “Asher bajar banu, mikol haamim” (Qué nos eligió entre los pueblos), el significado e intención son que HaShem, eligió a todo Israel, hombres y mujeres, y a todos nos dio la Torá, y todos (hombres y mujeres), estuvimos en la ladera del Monte Sinaí, y escuchamos el verbo Divino y al unísono proclamamos: “Naase Venishma” (Haremos y Escucharemos)Sobre el versículo: “Estás son las leyes que pondrás ante ellos” (Shemot 21:1). Enseñan nuestros sabios: “Equiparó la escritura, al hombre y a la mujer con respeto a todas las leyes de la Torá (Kidushim 35:1).
No podemos pasar por alto, los detalles que hacen diferente al hombre, de la mujer, en lo físico y en lo emotivo, que emanan del Creador, como así la diferencia halájicas, productos de aquellos preceptos, que deben cumplirse en un tiempo determinado, (Mitzvot Shehazman Graman), y la Torá eximió a las mujeres de su observancia.
Pero en vez de separar al hombre y a la mujer esto los ayuda a complementarse uno con el otro.
Tanto el hombre como la mujer son limitados, y para captar y percibir la divinidad, solo hombres y mujeres, todos los componentes del pueblo de Israel unidos, pueden recibir la Torá, el mensaje Divino, y actuar en conjunto para hacer de este mundo, un mundo mejor; como la diferencia entre el hombre y la mujer hace posible su boda, y le permiten traer hijos al mundo, la diferencia espiritual y emotiva de los dos, les posibilita unirse y complementarse, y desarrollarse desde el punto de vista espiritual.
El Rabino Tzvi, Iehuda Hacohen Kuk solía conceptuar que el hombre y la mujer son iguales y agregaban que hay varias cosas que los hacen diferentes.“El lado intelectual, el análisis frío, la mayoría de las veces sin sentimientos, está más acentuado en el hombre, por el contrario, el sentimiento, la sensibilidad, sobresale más en la mujer” (Sijot Arba Tzví Iehuda, p 413)
Claro que también los hombres, tienen sensibilidad, y las mujeres poseen fuerza intelectual, pero el Rabino opina que los hombres se inclinan más al uso de la razón y las mujeres lo hacen más al sentimiento.
Esta posición recibió, en los últimos años, apoyo de las investigaciones científicas sobre la mente y el alma, las cuales concluyen que existen dos clases de coeficiente: intelectual (IQ) y emocional (EQ).Por medio de estas dos características, que se complementan una con la otra, podemos unirnos completamente a los asuntos divinos, crecer en la fe, y vivir una vida judía a la luz de la Torá, para poder perfeccionar este mundo, bajo la soberanía del Todopoderoso.
En uno de mis cursos me preguntaron, como explicó la bendición de la mujer en las “bendiciones matinales”“Bendito eres Tu, HaShem, nuestro D-s, Rey del Universo, que me hiciste según Tu Voluntad”. Le dije que en esta bendición queda expresado el nivel superior de la mujer, que está mejor sintonizada con D-s, por esa razón puede decir “Que me hiciste según Tu Voluntad”.Y si te preguntas ¿Por qué las mujeres observan menos precepto?”, Te diré, porque son mejores por naturaleza, y necesitan menos preceptos para corregir sus faltas.Y la razón es porque el hombre fue creado del polvo de la tierra; y la mujer de un material más puro, de la costilla del hombre. La mujer expresa un nivel superior al del hombre.
Cuando se trata de hacer desaparecer, los distintos puntos de diferencia entre el hombre y la mujer o se crean enfrentamientos entre los sexos no hay mutua proliferación.
Un sexo solo no puede expresarse en su totalidad, pero cuando se entiende el valor de cada sexo, y juntos se conectan en un intenso amos, la Divina Providencia, reside en la pareja y así se ve aumentada la fe y la alegría en el mundo, entonces el principio intelectual y emocional se desarrollan juntos y se unen, el pueblo y sus familias se refuerzan y juntos elevan sus voces, y propagan las alabanzas a D-s en el mundo entero.

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la Familia

Entraron como pareja y salieron como familia.
“Y de todo ser vivo traerás dos de cada especie al arca, para mantener la vida contigo, macho y hembra serán” (6:19). “De todo animal puro tomarás para ti siete; siete machos con su pareja y también de aquellos que no son puros será dos: el macho y la hembra” (7:2)
También la familia de Noé entró como pareja. Noé al lado de su esposa y sus tres hijos con sus respectivas cónyuges. Y todo el que entró en el arca de Noé tenía su pareja..
La época difícil del diluvio, y la vida en el arca pasaron Noé y su familia como parejas, pero en habitaciones separadas, aprendiendo a ayudar el uno al otro y animándose mutuamente. Ella lo consoló después de que el león lo mordiera y él le dio ánimo, frente a la lluvia que caía sin cesar. Debieron aprender a vivir juntos estrechamente, y en condiciones adversas, las cuales HaShem fijó; vivir bajo presión y con falta de todo, en un arca pequeña. Juntos nuevamente se descubrirían el uno a otro, por medio de los tiempos difíciles, el apoyo total, el amor, y el soporte espiritual, descubrirían el amor verdadero, el ser realmente una pareja y saber que es una verdadera familia.
El arca de Noé, se convirtió en un taller de tratamiento de pareja. Cuando salieron del arca, y los animales fueron enviados a multiplicarse, apareció por primera vez un nuevo concepto que hasta entonces no existía “familia” “Según sus familias salieron del arca”.
Esta es la primera vez que la palabra familia está mencionada en el Tanaj (Biblia). La familia basada en la ayuda mutua, sobre el trabajo, la inversión en el entendimiento, el soporte y el amor en momentos difíciles y tiempos de crisis. Sobre una familia como esta, basada en estas nuevas parejas se fundará el nuevo mundo.
La Parshat Noé finaliza con el relato de la familia de Teraj. Esta familia se destacó por sus buenas cualidades, es una familia bien constituida y unida. Más tarde Rivka fue probada en su bondad para con el prójimo, la hospitalidad, en esta familia no la encontramos solo en Abraham, nuestro Padre, sino en Lot, quién vivió en Sodoma, y también con Laban el arameo. Cuando nació el bebé de Abraham, el rey Nimrod ordenó matarlo y Teraj el padre de Abram, puso en peligro su vida, enviando a su hijo a una cueva donde creció y conoció a su Creador.
¿Qué hay en especial en las familias de nuestros patriarcas y matriarcas? En ellas existió la bondad, la fortaleza familiar, la fe en la vida, y en lo bueno del hombre. Estas familias estaban dispuestas a poner en peligro sus vidas para defender sus valores.

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